La iluminación juega un papel fundamental a la hora de dar vida a una cocina. Hay que adaptar la iluminación a la distribución, tamaño, o diseño; la elección de cada punto de luz puede cambiar el espacio por completo. No solo en términos de estética, también en cuanto a su funcionalidad.
Cuando hablamos de iluminación, nos referimos a la iluminación natural y artificial. Se trata de aprovechar al máximo siempre la luz natural, pero haciendo un buen uso de los recursos para iluminar cómo cintas LED, reflectores, luminarias de techo, etc.
Pero no solo debe ser funcional, sino que debe ayudar a crear un ambiente agradable. Para lograrlo, dividimos la iluminación en tres tipos:
-Funcional: proporciona una luz concentrada dirigida sobre una superficie definida, por ejemplo: el sobre del mueble de cocina, el fregadero o la plantilla. La iluminación con reflectores concentra la luz y la atención sobre lugares concretos de la habitación y esto nos ayuda a cocinar de forma cómoda y segura.
Se recomienda que tenga una luz fría (blanca), ya que permite ver con más claridad todo aquello que se realiza, especialmente importante a la hora de usar cuchillos y otros utensilios delicados.
-Ambiental: sirve para crear una atmósfera general agradable en la habitación y ayuda a iluminar una zona determinada. Puede ser, por ejemplo, una luminaria de techo sobre la isla, la iluminación de un objeto determinado o una luminaria de pared que irradie una luz con aspecto decorativo.
Se ha puesto muy de moda la iluminación LED en las cocinas, su funcionalidad y diseño han marcado un antes y un después en lo que iluminar una cocina se refiere.
Gracias a las luces LED ya no hay ninguna zona en la cocina que no pueda ser iluminada, además el consumo de este tipo de luces es muy bajo y siempre puede regularse su intensidad (utilizando luminarias dimerizables) y/o con encendido automático, por ejemplo: en cajones, de esta manera no habrá gastos innecesarios y sólo se encenderán cuando se abran.
-General: tiene el objetivo de crear una luz uniforme en toda la habitación. Por ejemplo, con luminarias de techo situadas muy arriba, luces empotradas o plafones de techo.
Existen muchas luces de cocina diferentes entre las que podemos escoger. Cada una con un uso y matiz diferente.
